Ay... mi pobre blog, tan abandonadito por tu ingrato escribiente. Llovieron sucesos y no vine a platicártelos. Llegaron unos, se fueron otros, enfermamos otros, sanaron algunos mas, casi llego al otro mundo, perdiste una seguidora por inercia, y solo recibes comentarios mordaces pero anónimos de entradas añejas...(que valiente, caray). Pero siempre me acuerdo de ti. Un día de estos, cercano, paso a dejarte unas letritas. Pronto.

Te quiere mucho:

El autor de tus días, palabras e imágenes.

P.D. Aquí esperamos, el blog y yo, comentarios a favor o en contra. Nomas firmen... no sean miedositos.